Monumento
Histórico Municipal y de Interés Provincial.
Este Hotel
dio origen a lo que hoy es la ciudad de La Flda, ubicado al final de la Av. Edén.
Enclavado,
como una gigantesca nave, en las Sierras de El Cuadrado, desde hace ya un
siglo, este legendario hotel lo espera para que recorra en sus visitas guiadas,
sus señoriales salones, majestuosas escalinatas, amplias galerías, elegantes
torres y los sombreados senderos de su parque. Hoy estamos en la recuperación
de este Monumento, como patrimonio nacional.
Historia
Ubicado al
final de la Av. Edén (1400), luego de la fuente que corona a esta arteria. En
1891 un viajero, Roberto Bahlke, recorre la zona a caballo y queda encantado
con el lugar y decide comprar las tierras para levantar un gran hotel. En 1892,
con el apoyo económico del grupo Torquinst, adquiere 1250 hectáreas de lo que
hoy es La Falda, más los cerros aledaños; comenzando la gran obra en 1895, el
establecimiento se llamó Edén Hotel.
Su primera
parte estuvo concluida en 1898. Al final del año siguiente quedó inaugurado
contando con todas las comodidades y el confort, imaginables para la época.
Dicho emprendimiento fue vital como ente iniciador del turismo y como elemento
desencadenante de la urbanización y comercialización de La Falda.
En 1904 el
consorcio Torquinst vende las mil hectáreas, más todo lo construido, a María
Krautner, quien lo explota en 1912. En ese año lo compran los hermanos alemanes
Walter y Bruno Eichhorn, quienes perfeccionan las instalaciones y agregan
nuevos servicios. En 1913 para generar ingresos, se venden los primeros
terrenos a Emilio Wenwe. En los años previos a la Segunda Guerra Mundial
funciona en el hotel un Ateneo Alemán. En 1939, apenas iniciada la guerra, la
tripulación del acorazado Graf Spee, hundido en el río de la Plata, es confinada
al Edén Hotel, el cual cierra sus puertas al final de la guerra.
En 1945 el
gobierno argentino incauta el hotel y lo utiliza para confinar a diplomáticos
japoneses y sus familias durante dos años. Es por ese entonces cuando se
derriba el águila emblemática que adornaba el frontis de la fachada principal.
En 1948 el gobierno devuelve el hotel a sus dueños, quienes lo venden a la
firma integrada por Emilio Karstulovich, Constantino Kamburis y Arturo Ascher
Kutcher. Con el tiempo, al no levantarse una importante deuda contraída, la
firma Franco – Argentina remata el Edén el 7 de Mayo de 1953. Lo adquiere la
firma CIFA (excepto el golf que lo compró Joaquín Murillo por un millón
setecientos veinte mil pesos).
El 2 de
julio de 1964 toma posesión María Teresa Carbone de Autilio, a nombre de la
sociedad anónima Hoteles y Parques Edén en formación, cuyo representante y
apoderado es Armando Balbín. Ya en la década del 60 comienza su declinación de
la que no se repondría jamás. Fue cerrado y desmantelado. Con el correr del
tiempo fue víctima de constantes saqueos que lo dejaron en el estado
prácticamente calamitoso en el que se encuentra hoy.
En 1970 las
fuerzas vivas inician gestiones para traer un casino e instalarlo en este
establecimiento, pero el mismo es otorgado a La Cumbre en 1971. En 1982 la
firma Figo explotó el hotel, pero solo por ese año. En realidad, tal como se
apuntó antes, desde 1965 el hotel vino deteriorándose y siendo saqueado
indiscriminadamente. Su parque fue invadido por malezas.
El 8 de
agosto de 1988 fue declarado Monumento Histórico Municipal por el Concejo
Deliberante de la Municipalidad de La Falda. Luego fue reconocido como
Monumento Histórico Provincial y actualmente prosiguen las gestiones para darle
a la construcción tal carácter en el orden nacional. De estilo arquitectónico
ecléctico, con torres francesas y ornamentación alemana, el Edén fue todo un
símbolo, no sólo de la zona sino también del país. Prueba de ello es que la
correspondencia llegaba con poner únicamente Edén Hotel La Falda. Sierras de
Córdoba.
De su
período fundacional, debe recordarse que, el primer presidente de la Sociedad
Anónima El Edén y administrador general del hotel fue Juan Kurth, ex – cónsul
suizo propietario a la vez de la Estancia La Berna en Huerta Grande. Durante su
gestión, el establecimiento atrajo a un selecto grupo de personas, lo cual
quedaba reflejado en las pomposas cenas de etiqueta y bailes con orquestas que
allí se escenificaban.
A partir de
la incorporación de la austriaca María Krautner, en la conducción de la
empresa, a la característica antes apuntada se incorporará la propuesta entre
otros atractivos, del desarrollo de cabalgatas con destinos a la Pampa de Olaen
y Vaquerías, con expertos vaquéanos.
Luego bajo
la orientación de los hermanos Eichhorn, entre 1912 y 1945, el Edén vivirá su
época de mayor esplendor. Para ese tiempo la capacidad era de doscientos
cincuenta pasajeros. Tenía cien dormitorios, treinta y ocho baños, comedor
auxiliar para niños y personal, un gran salón de fiestas, sala hall de lectura
y escritorio, jardín de invierno, salón – bar, dos amplias terrazas, galería
cubierta y anfiteatro.
Excepto los vinos y licores, todo se hacía en el hotel. Poseía una huerta, criadero de animales, y fábrica de embutidos conservas y hielo. Tenía además, banco y taller mecánico propios, cabina para correos y telégrafo, usina eléctrica y una orquesta estable.
Excepto los vinos y licores, todo se hacía en el hotel. Poseía una huerta, criadero de animales, y fábrica de embutidos conservas y hielo. Tenía además, banco y taller mecánico propios, cabina para correos y telégrafo, usina eléctrica y una orquesta estable.
El amplio
jardín fue ornamentado con cincuenta especies traídas de Europa. En cuanto a
deportes, contaba con una cancha de golf de 18 hoyos donde se realizaban
torneos internacionales. También tenía canchas de tenis de polvo de ladrillo
iluminadas; además de una cancha de croquet y pileta de natación. Así mismo
eran tradicionales las cacerías del zorro.
El mantenimiento era realizado por 125 personas. El hotel contaba para ello con taller de herrería, sala de secado y esterilizado a vapor y hasta una flotilla de taxis propia.
El mantenimiento era realizado por 125 personas. El hotel contaba para ello con taller de herrería, sala de secado y esterilizado a vapor y hasta una flotilla de taxis propia.
También
entre su personal se contaban unos 10 mozos, que atendían un promedio de
ochocientos comensales. Los pasajeros del hotel contaban con la seguridad de la
policía privada del establecimiento.
Entre otros factores que contribuyeron al engrandecimiento del Edén, se contaron la construcción del camino Río Ceballos – La Falda, a través de las Sierras Chicas (luego denominado Camino al Cuadrado), obra que contó con apoyo financiero de la propia Sociedad Edén para la construcción de parte de sus tramos (1924 -26), y la posterior pavimentación de la ruta Buenos Aires –Córdoba.
Entre otros factores que contribuyeron al engrandecimiento del Edén, se contaron la construcción del camino Río Ceballos – La Falda, a través de las Sierras Chicas (luego denominado Camino al Cuadrado), obra que contó con apoyo financiero de la propia Sociedad Edén para la construcción de parte de sus tramos (1924 -26), y la posterior pavimentación de la ruta Buenos Aires –Córdoba.
Se alojaron
en él, entre otras personalidades, el poeta nicaragüense Rubén Darío, El
Príncipe de Gales, el Duque de Saboya, Albert Einstein, el Marqués de Magaz,
los presidentes argentinos Julio Argentino Roca, José Figueroa Alcorta, otros
representantes de la nobleza europea e integrantes de distinguidas familias de
la sociedad argentina. Por ejemplo entre 1920 y 1027, estuvieron los Anchorena,
Aleman, Bunge, Blaquier, Ortiz, Basualdo, Belgrano, Cornejo, Casaux, Demaría,
Deheza, Ezcurra Elizalde, Escalante, Lavalle, Montes de Oca, Torquins, entre
otros también estuvieron Luís Sandrini, Berta Singermann, el cuerpo de baile
del Follies Bergére de París.
Fuente:
Página oficial de La Falda.
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