“No posee
una fecha de fundación. Se toma como fecha inicial del lugar el 30 de octubre
de 1.585, cuando el teniente gobernador de Córdoba, Juan de Burgos, entrega a
los hijos del capitn Bartolomé Jaime una porción de territorio en parte
coincidente con la actual población."
Reseña histórica:
Museo
Cacique Balata:
Ubicado en el predio de 25 de Mayo 376, en la zona céntrica de la ciudad. Comparte las instalaciones con la Biblioteca “Ruznack”.
El museo posee piezas y utencillos de cerámica, hueso y piedra de la cultura Comechingón. Conanas, morteros, puntas de flecha y otros instrumentos aborígenes. Posee además animales embalsamados, cueros, insectos, piedras, muestrario de frutos, etc., que formaron parte del habitat de estos aborígenes. También posee material de similares características, pertenecientes a otras culturas de aborígenes argentinos y latinoamericanos. De igual modo ofrece algunos elementos de uso en la época colonial.
En tiempos
de la llegada de los conquistadores por estas regiones, era jefe de las
provincias aborígenes con asiento en las zonas de San Ignacio, Buen Retiro y
Los Pencales, el Cacique Balata.
Según el
relato sucesorio y de reparto de tierras entre los colonizadores hispanos, los
parajes conocidos como "Hequexaques", "Lavaputos",
"Machapo" y "Pinabac" - en lengua indígena - dado que
"no eran sembradas por sus primigenios pobladores", fueron dados en
merced el 30 de octubre de 1585 por Juan de Burgos, teniente gobernador de
Córdoba, a los cinco hijos del capitán Bartolomé Jaime (Diego, Miguel, Alonso e
Isabel Gonzlez, y Marina Sánchez).
En fecha
posterior a 1619 - pero que no se ha podido corroborar con exactitud - el ya
presbítero Alonso Gonzalez Jaime vendió su parte al capitán Jerónimo de Quevedo
(1590-1668), quien formó en esas parcelas una estancia a la que llamó San
Jerónimo.
Luego, el
mismo capiátn adquirió con fecha 13 de agosto de 1633 algunas tierras vecinas,
anteriormente llamadas "San Francisco del Valle de Punilla", y que
antes de pasar por otros titulares, habían pertenecido a las hermanas Jaime.
Por su
parte, el capitán Miguel Gonzalez Jaime - el restante hijo del comandante
español - conservó en su poder el sector norte de la merced, donde levantó la estancia
"Nuestra Señora del Rosario", que más tarde pasó a denominarse
"Nuestra Señora de la Concepción", nombre que a partir de la segunda
mitad del siglo XVIII fue sustituido por el de "Nuestra Señora de los
Dolores".
Regresando a
la extensa propiedad de Jerónimo de Quevedo, debe mencionarse que, bajo su
administración, la explotación de la misma fue muy prspera, lo que quedaba
evidenciado en la importante cantidad de cabezas de ganado y de plantaciones de
frutales que poseía.
Paralelamente,
antes de 1642, encaró la construcción de una capilla, que para algunos sería la
"antigua" de San Roque, ubicada en los alrededores del Buen Retiro. A
su muerte, en 1668, el establecimiento de campo fue dividido en dos partes, la
del oriente (Potrero de San Jerónimo) pasó a manos de Juan de Quevedo, y la del
occidente (del bajo o Estancia San Jerónimo) a manos de Antonia del Quevedo,
quien estaba casada con el Capitn Luciano de Ceballos (1622-1687). Este último
había adquirido, por su parte, el 10 de abril de 1654 la antes nombrada
estancia de Nuestra Señora del Rosario.
De este
modo, nuevamente quedaba unida la totalidad de la antigua merced de 1585, al
ser propiedad del matrimonio compuesto por Antonia de Quevedo y Luciano de
Ceballos. Pero, una vez ms se dividiría al pasar una fracción de la misma a
disposición del hijo de esa unión, el Capitán Antonio de Ceballos (1646-1719).
Tiempo después esa área, denominada "San Jerónimo" fue entregada por
Ceballos en dote a su hija Ursula, al momento de casarse con Antonio de Garay.
A estos los
hered su hija María Josefa de Garay y Ceballos quien contrajo enlace con Diego
Bustos y Albornoz.
Luego, el
límite del arroyo fue la convención divisoria para la nueva sucesión practicada
por María Josefa Bustos (el centro de la propiedad) que después vendió a José
Zapata (1767), y Antonio Bustos (las tierras ubicadas al norte).
Esta última
posesión, con el nombre de "La Aguadita de San Jerónimo" pasó del
matrimonio entre María Lucía Bustos y Roque Olmos a su hijo José Manuel Olmos.
Posteriormente,
la estancia fue otorgada a la hija de José Manuel y Gregoria Olmos, Doña
Petrona Olmos, fundadora de la actual Capilla de San Roque (1898).
Ya hacia
fines del siglo XIX y principios del XX, se encuentran entre los grandes
propietarios de tierras en la zona, Gregoria Iglesias de Zapata (1886), el
Conde de la Casa de Orleans, Henry de Boucherville (1897), Juan Brooks Pea
(1900) y Roberto Runciman (1921).
De 1890 data
la primera escuela del lugar. En tanto, según el relato de algunos, para 1892
cuando pasa el ferrocarril, el pueblo ya tenía una incipiente formación. Al
respecto, debe aclararse que, La Cumbre debe su nombre presumiblemente a la
empresa que construía el ramal ferroviario Cosquín - Cruz del Eje, por ser el
punto más alto de su recorrido, y también actuar como divisorio de aguas de la
región.
La primera
municipalidad fue creada en 1916, en base a la ley 2.389, siendo su intendente
José Sanguinetti, quien tenía a su cargo el matadero del pueblo. Alrededor de
la década del 20 se produjo una importante instalación de familias inglesas,
que aportarán a la zona su porte señorial, manifestado en su arquitectura
europea, lo cual en cierta forma marcará un contraste con las genuinas
tradiciones criollas, presentes desde los tiempos inmemoriales en los dinámicos
establecimientos campestres que existieron en la región.
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